Siendo esta
la última entrada en este blog, me parece muy adecuado hablar sobre el Buen Fin.
Ah... el Buen
Fin, el fin de semana que espero con todas mis fuerzas, ninguna festividad se
le compara, ni navidad, ni mi cumpleaños, ni siquiera la nueva temporada de
Gossip Girl.
Por
tercer año consecutivo la iniciativa privada mexicana, el Gobierno federal y
varios medios de comunicación promueven en el país El Buen Fin, un fin de
semana en el que se incentiva a los consumidores a salir a comprar. Ya sé lo
que van a decir: "¿Con que dinero?", y eso es exactamente lo que se
preguntan todos les mexicanos. No crean, de verdad todos nos lo preguntamos,
pero otra vez caemos en tentación y en la manipulación y lo decidimos ignorar.
¿De
dónde salió el mentado Buen Fin?, pues de estos monigotes: La Asociación
de bancos de México, La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y
Departamentales A.C., El Consejo Coordinador Empresarial (Quien
quiera que sean estos...), Los jovenzuelos de La Iniciativa es México, y
por último, CONCANACO SERVYTUR (Que no tiene nada que ver con el
señor del video al que se le perdieron cincuenta mil pesos)... ah, y la Secretaría
de Servicios.
La
forma en que estos tipos nos venden el Buen Fin es la siguiente (Lo que sigue
lo robé de la página del Buen Fin):
"Le
llamamos el Buen Fin, no sólo por ser un fin de semana de descuentos
espectaculares, sino también porque al hacerlo perseguimos un buen fin:
queremos usar el poder del consumo para reactivar nuestra economía al mismo
tiempo que tú, como consumidor te beneficias comprando todo lo que siempre
estás postergando con los mejores precios del año."
¿Neta?
¿Perseguimos un Buen Fin? El único buen fin que persigo es pasar mis materias
en primera oportunidad.
Mi
hermano es Gerente Administrativo de una empresa Sueca, y me explicó cómo
funciona esta onda del Buen Fin, y más o menos lo que entendí fue que esto está
diseñado para beneficiar a los bancos y las grandes empresas haciendo que las
personas compren miles de cosas que no necesitan con dinero que no tienen con
las tarjetas de crédito que deberán por el resto de su vida.
Esto
funciona de esta manera: Los bancos les cobra una comisión a las empresas que
usan eso del "Pago a meses", no sé exactamente cuánto (Podría
averiguarlo... podría...), pero para las grandes empresas (Que por lo general
no son nacionales), por ser GRANDES empresas, los bancos les dan “chancita” de
que ellos puedan pagar a cómodas mensualidades de tres, seis,
nueve, doce, veinticuatro y hasta cuarenta y ocho mensualidades (Wey! es
lo que llevo pagando el carro!); mientras que a las llamadas "pequeñas
empresas" (Que en su mayoría son nacionales), los bancos les cobran el 10%
del costo total de la compra por hacer uso del "Pago a mensualidades"
(Y de contado papá!).
Leyendo
un artículo que me encontré en una revista Indie en línea, recordé lo
que todo mundo dice: Que la raza todavía debe lo del Buen Fin pasado, y ya
se está preparando para otro.
No
quiero decir que el Buen Fin es malo (Depende de a quien le preguntes...), lo que quiero decir es que el
Buen Fin es una buena iniciativa si los
mexicanos supiéramos gastar nuestro dinero. Estoy seguro que si
hubiera clases en primaria sobre cómo gastar nuestros 5 pesos de domingo no
existiría este problema (5 pesos de domingo? en mis tiempos me daban una
cachetada por entrar al cuarto de mis papás sin antes tocar la puerta).
Si
saben lo que es el Black Friday, saben que los "gringos" tienen cosas
que no necesitan, y que las cambian por la versión más moderna de
esas cosas que no necesitan. Esto ha sido cómicamente ridiculizado por
casi todos los comediantes norteamericanos y sobre todo en SNL (Si no sabes que
es, me das pena... y no, significa "San Luis").
Como
ya había mencionado en la entrada del "Yoloismo", los
"gringos" tienen esta idea inyectada en su cerebro de tener que
comprar y consumir todo antes de que ya no pueda hacerlo, por cualquier razón
que esa sea (Ya sea porque dejó de ser nueva, porque la vecina lo compró antes
que ella y: "Como se atreve la perra esa a tenerlo antes que yo", o
porque se murió de envidia porque la vecina lo tuvo antes que ella).
En fin,
volvemos al tema del ser Yoloista, yo creo que estas iniciativas son diseñadas
para mover esa pequeña idea en nuestra mente que dice "Chinguesumadre! lo
voy a comprar, total, si me muero ya no lo debo", y así poder consumir
un montón de porquerías (Menos los tenis que me compré
el sábado, esos estaban en oferta bien brutal).
El
Buen Fin está inspirado (Dicen…) en el Black Friday de Estados Unidos (Estados
Unidos!, Estados Unidos!), aunque no sé cómo seguimos copiándoles cosas a
ese país de pacotilla (Lo que sea que eso signifique), si me dijeran que si
quisiera ser el presidente de Estados Unidos, citaría al ex alcalde de San
Pedro Mauricio Fernández diciendo:
"Yo
no quiero ser presidente de un país tan jodido y tan lleno de personas
mediocres de mierda que lo unico que hacen es: despertarse, ver Facebook,
comer, ir a la escuela, ver Facebook, estar como pendejo sentado frente al
pizarrón y los maestros pensando que estará pasando en Facebook en
ese momento"... o algo así dijo.
Recordemos
que "gringolandia" (Eres un chilango de mierda o qué?
"Gringolandia...") es uno de los países más endeudados del
mundo, ¿Cuánto les deben a China? Ah, sí, (Close-up dramático...) 15
BILLONES DE DOLARES!!!! (Trillones, quintillones, veintibillones,
centibillones, cincuentatriveintibillones... de yenes).
Como
sea... ¿de qué estaba hablando?... ah, sí. Los norteamericanos viven al día y
todo lo deben, pero es la idea o la sensación de exclusividad de tener algo que
los hace comprar impulsivamente solo porque esta barato, y ahora esa filosofía
nos la ha pasado a nosotros quien sea que sea el baboso que propuso El Buen
Fin.
Algo
que me llamo la atención cuando me preparaba para la entrada, fue que en la
página de la Asociación de Bancos de México y, según escuché, la
Secretaría de Hacienda y Créditos Púbicos (Si, escribí púbicos en lugar de
Públicos, no me equivoqué, lo hice a propósito, pueden reír ahora), hacían
un sorteo/rifa para premiar a los consumidores que hagan transacciones
utilizando su tarjeta bancaria.
Y
con esto quisiera invitarlos a una sección a la que me gusta llamar
"¿Neta?" presentado por Ediel García:
"¿Neta?,
¿una rifa?, La ABM y la SHCP son dos de los nombres más importantes y poderosos
en este país, ambos manejan miles de millones de pesos y están lideradas por
hombres altamente capacitados y entrenados en el campo de las finanzas, ¿y lo
mejor que se les ocurrió fue hacer una rifa?, ¿Neta?, ¿Que rifaban, una caja
grande de Choco-Zucaritas, un kilo de detergente para ropa y otro boleto para
la siguiente rifa?, ¿Neta?
Y también hacían
sorteos, mm... ¿Qué otra institución nacional hace sorteos y juegos en este
país? La última vez que compré un boleto de la Lotería Nacional fue porque un
niño que vivía en la calle me dijo que si no lo compraba no iba a comer ese
día; uno de los ex-secretarios de hacienda es tan gordo que no solamente ha de
comer unas 10 veces al día, cuando salía en la tele, la cámara tenía que dar 5
pasos hacia atrás para poder mostrarlo de cuerpo completo, ¿por qué querían grabarlo
de cuerpo completo?, No sé, porque no le preguntas a tu pinche rifa. Así que
en resumen, ¿una rifa? ¿Neta?
Esto
fue la sección "¿Neta?" con Ediel García.
También
es criticable que algunos comercios se hagan publicidad adhiriéndose a la
campaña del Buen Fin, y está bien, por eso lo hacen pa' que vayan, pero estos tipos
empiezan y terminan sus promociones fuera del rango de fechas oficial. Me
consta que algunos establecimientos comerciales anuncian que el buen fin va a
durar “hasta Enero”.
Bueno,
tengo que hablar sobre esto, no quisiera, y preferiría hablar sobre
otra cosa menos usual, pero: LAS PROMOCIONES.
A
pesar de algunas buenas opciones, abundan los casos documentados de re-etiquetado
de precios, falsos descuentos y engaños a los consumidores. El mayor
atractivo del Buen Fin es comprar utilizando el crédito bancario, lo que no es
suficiente incentivo para las personas que viven cerca de la frontera norte del
país que siguen cruzando a los "Yunaites" para obtener mucho mejores
precios que los que se encuentran en México (La otra vez me compré un control
remoto universal a un dolar, que pinche Steren ni que la chingada, esas si
son ofertas).
¿Y cómo no buscar
opciones distintas en otro "Laredo" (Ha!, ¿sacan? "Laredo",
"Lado" "Laredo, Texas"... ¿no?, pues coman tierra) si
en México luego se encuentra uno con promociones agarra pendejos? Miren nomás
lo que me encontré buscando ofertas de Buen Fin en el "Interné":
25 pesos por
cada 100 de chocolate en polvo marca Golden Hills (Ni que fueras Paul Mccartney
en la Arena Monterrey).
O
sea que si cada sobre cuesta 14.95, necesito comprar siete piezas para que me
regalen un ¡pinche sobre! y parte de otro. Esto equivale a un “increíble” 7 X
6. (O sea, ¿"Como? No entendí maestra, ¿Me puede explicar otra vez?"
Dijo la alumna de la Facultad de Ciencias de la Comunicación).
Así
que, habiendo dicho esto por última vez (O hasta que me dé la gana escribir
otro de estos aquí en el Blog, los demás escritos serán de ahora en adelante en
la revista cada 15 días... tentativamente), No quiero caer en las poses
mamonas de algunos izquierdistas mexicanos que se lanzan a criticar sin piedad
al consumismo de las personas que se atreven a exhibir su poder comprando
televisores de 60 pulgadas 3D para poder ver Laura en América y la Rosa de
Guadalupe; la idea del Buen Fin es buena, solo que a nosotros los mexicanos no
nos enseñaron como gastar nuestro dinero, y ese es el problema, no el Buen Fin.
Si, dentro de esta nueva “tradición”, se encuentran intenciones avariciosas de
los bancos y las grandes empresas, pero esto no nos debería de sorprender.
Solo
espero que algún día en el gobierno alguien entienda que los precios no pueden
bajar mágicamente por decreto o por invitación amable (iwe, iwe, iwe, el
gobierno va a entender... ¿y tú ya entendiste que te saques la mano de ahí, o
te tengo que dar otro wuamazo?).
Y ya para terminar me voy con una frase que dice mi papá: ¡Adiós amigos!
Fin de la serie.