¿Y tú qué o qué?

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Podríamos estar aquí todo el día hablando sobre mi, pero no se lo merecen y yo no lo necesito, así solo diré esto: "La historia es la base de todo el entretenimiento, siempre hay que tener una buena historia, de otro modo es solo masturbación"

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Somos las palabras que dicen lo que somos. (Carta a una musa despechada)

Carta a una musa despechada...

Nunca entendí el poder de la belleza de una mujer, nunca entendí el porqué tantos poetas y escritores buscan inspiración en alguien que, hasta ese momento creativo, no tomaron en cuenta. Una flor en un jardín me parecía tan banal como suplicarle al destino que me encontrara alguien a quien recostar en mi pecho. 

Mis deseos eran ordinarios, y trataba de encontrar excusas para no ser parte del vulgo con corazones de papel. Observaba al mundo avanzar y reflexionaba sobre la necesidad de las personas por encontrar a alguien con quien descansar la realidad y magnificar las fantasías. 

Mis creaciones no necesitaban de un ingrediente sustancial para satisfacerme, y el hecho de que mis estimados compañeros artistas lo necesitaran me provocaba un repudio total a mi vocación (seguramente porque no lo entendía).

Así como la pluma que se separa de un ave al despegar del nido, empecé a introducirme sin rumbo alguno en un mundo que desconocía, esperaba que el viento me llevara a donde pudiera encontrar respuesta a mi necesidad de saber.

Un imbécil pretencioso y arrogante en busca de una aventura romántica que lo separe de la realidad.

Siempre recordaré la primera vez que tuve esa sensación color escarlata, una sensación que consumía mi interior y nublaba mi pensamiento. Recuerdo que me detuve, intente racionalizar lo que sentía, pero me era imposible, y presintiendo la tormenta de emociones que estaba por vivir, te miré.

Te vi, te observé, te imagine dentro de mis fantasías, y en un segundo todo empezó a tener sentido sin tenerlo realmente. ¿Qué es esto? ¿Por qué no me puedo mover? me pregunté. Mi respiración cambio, mi corazón empezó a temblar y mis manos le siguieron la corriente.

Y de pronto entendí sin más, que una mujer provoca, incita, apasiona. Pero tú, tú eres algo más, tu belleza supera el poder de la fascinación, te convertiste en la esencia de mi existir, en el centro de mi universo. Te adoraré por el resto de mi vida y después (si es que esto último tiene algún sentido para ti).

Esto es lo que soy y lo que daré. No pretendo adueñarme de tu hermoso fulgor encerrándote en estas páginas gastadas, pero entiende que no escribir sobre ti sería como romper una ley de la creación y el sentimiento. Tú te mereces ser libre dentro y fuera de la realidad, por eso me disculpo.

Esto es lo que soy y lo que daré. Ten conciencia de que existo pero nunca te animes a tratar de descubrir el rostro detrás de mis cartas, no importa cuántos años más pasen jamás estaré listo para otra confrontación.

Mis obras son gracias a ti y para ti solamente, y disculpa que tenga que mentir cuando me preguntan para qué o quién están dedicadas, pero esos idiotas ordinarios jamás entenderán mi mundo.

No espero una respuesta, no espero ni una sonrisa condescendiente, lo único que espero de ti es que tengas una vida feliz, libre y sin mí.



Tuyo por toda la eternidad.

Un romántico convertido.

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